lunes, 2 de marzo de 2015

GEORGE IVANOVITCH GURDJIEFF



Ahora les contaré de un personaje que tuvo la virtud de transmitir las enseñanzas del Oriente a Occidente, conozcamos su historia.

George Ivánovich Gurdjíeff (en armenio: Գեորգի Գյուրջիև, en griego: Γιώργος Γεωργιάδης, en ruso: Георгий Иванович Гюрджиев, Gueorgui Ivánovich Giurdzhíyev), (Alexándropol, 14 de enero de 1872 – París, 29 de octubre de 1949), fue un maestro místico, escritor y compositor armenio, quien se autodenominaba "un simple Maestro de Danzas". Nacido a finales del siglo XIX en la Armenia rusa, su principal obra fue dar a conocer y transmitir las enseñanzas del Cuarto Camino en el mundo occidental. Una personalidad misteriosa y carismática, con un agudo sentido crítico, y una elevada cultura tradicional, acaparó la atención de muchos, guiándolos hacia una posible evolución espiritual y humanitaria. Falleció el 29 de octubre de 1949 en Fontainebleau, Francia.

A continuación, daremos una breve reseña de su vida.

Nació en la actual Armenia (frontera turco-rusa), en Alexándropol (un barrio griego de la provincia de Kars), territorio bajo dominación otomana, aunque conquistado en 1878 por los rusos durante la Guerra Ruso-Turca. La fecha de su nacimiento es incierta. Los biógrafos no se han puesto de acuerdo con este dato, ya que también se señalan otros años (1872, 1873 y 1877). Su madre era armenia y su padre, un pastor y carpintero de origen griego (Ioannas Giorgiades). Gurdjíeff tuvo una infancia difícil. Su familia se mudó a la ciudad de Kars cuando él era niño.
Por su origen mixto, hablaba varios idiomas: ruso, turco, griego y armenio. En Kars, el padre Borsch (amigo de su padre), de la Iglesia Ortodoxa Rusa, se hace cargo de su enseñanza durante su juventud. En 1890 se afilió a las sociedades secretas de Armenia que luchaban contra la dominación del Imperio otomano y se aprovechó de estos vínculos para llevar a cabo ciertas investigaciones de índole personal en el campo de lo desconocido. Dos veces sufrió heridas de bala, una de las cuales por poco lo mata. Lo llevaron a un lugar donde, según Gurdjíeff, las condiciones eran ideales para su recuperación.

Poco se sabe de su juventud hasta 1912, pese al relato autobiográfico que se encuentra en uno de sus libros, Encuentros con Hombres Notables. Realiza un viaje por Asia, en el curso del cual conoce a varias personas con las que forma un grupo, Los Buscadores de la Verdad. Continúa recorriendo lugares y absorbiendo conocimientos durante varios años. El viaje fue crucial para la recolección de las tradiciones. En 1912 llega a Moscú luego de pasar más de 20 años de travesías, donde comienza a reunir un grupo de alumnos y forma el Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre. Conoce a la condesa Julia Ósipovna Ostrowska, quien como prima de Alejandra era dama de la corte real de los Románov. Ella era rusa de origen polaco y sus padres fueron Ósip Ostrowski y Marie Fédérowska Misich. En 1914 aparece Vislumbres de la Verdad, el primer relato (anónimo) sobre el pensamiento de Gurdjieff (bajo su supervisión). En 1915 conoce a Piotr Ouspenski, luego los contactos entre ambos son esporádicos. Ouspenski se convirtió más tarde en el principal difusor del Cuarto Camino en occidente (EUA, y Europa).

El grupo de estudiantes se desplaza debido a la Revolución rusa. En 1917 viaja hacia Essentukí (Cáucaso) y se produce una segunda fundación del Instituto. Luego, en 1919, el grupo (la Sra. J.O. Ostrowska, los Stjoernval y los De Hartmann más Alexandre y Jeanne de Salzmann) parten hacia Tiflis (Georgia), donde se produce una tercera fundación del Instituto. Después, por problemas políticos parten hacia Constantinopla, donde son recibidos por Ouspenski. Pasado un tiempo se separan y el grupo viaja a Berlín y luego a Londres, sin buenos resultados y finalmente se asientan en París. En 1922, compran el Château du Prieuré (Fontaine Blue) a la viuda de Maitre Labón el abogado de Dreyfus, cerca de Fontainebleau, en París, donde se reabre su Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre. Acondicionan la mansión para poder realizar sus prácticas (con un gimnasio y un teatro) y aparece la casa de estudios (Study House). Ellos son los filósofos del bosque. Los esposos Salzmann se encargan de la "publicidad" de Gurdjíeff en los círculos franceses. A fines de 1923 se estrena públicamente en el Théâtre des Champs-Élysées los movimientos y danzas sagradas con el nombre de "La Lucha de los Magos", que se practicaban en la casa y con éxito impresionan al público.

En 1924 viaja a EE. UU. con la compañía de danzas haciendo presentaciones en Nueva York y Chicago. Alfred R. Orage (editor, autor y filósofo inglés) es el nexo con Norteamérica y a partir de este momento, varios personajes del nuevo continente siguen a Gurdjíeff. De vuelta a París, sufre un grave accidente automovilístico. Restringido en sus actividades, se dedica a escribir (1924-1935) con la colaboración administrativa y editorial de Olga de Hartmann y de A.R. Orage. En 1926 su esposa muere por un cáncer avanzado. La situación del Instituto es crítica y les cuesta mucho mantenerlo. Varios discípulos se alejan y siguen propagando las enseñanzas de Gurdjíeff. Ya habían pasado más de 10 años, y en 1933 abandonan la mansión que ya no podían costear. Ahora Gurdjíeff se instala en un pequeño departamento en París desde donde continúa con sus enseñanzas hasta su muerte. En 1934 fallece su nexo con Norteamérica, Alfred R. Orage. Continúa viajando a EUA y algunos alumnos suyos lo van siguiendo y otros se alejan. Con esfuerzo, se las arreglan para sobrepasar las dificultades de la Segunda Guerra Mundial. Ouspenski se refugia en EUA desde donde sigue con la difusión del Cuarto Camino sin autorización de Gurdjíeff. En el libro "In Search of PD Ouspensky", del investigador Gary Lachman se recogen declaraciones que prueban el rechazo final de Ouspensky al sistema del Cuarto Camino, cuando, al ser interrogado sobre si él había abandonado definitivamente el Sistema de Gurdjieff, respondió: es que "no hay ningún Sistema".

En 1947 fallece Piotr Ouspenski. Por encargo de la viuda, Sofiya Ouspenski, el grupo de alumnos que éste tuviera en Inglaterra entra en contacto directo con Gurdjíeff en París. También fueron bienvenidos los alumnos de Bennett, venidos desde Londres. Así, el piso de Gurdjieff se atiborraba de gente que lo acompañaría hasta sus últimos días... Sin embargo, John G. Bennett, en su libro autobiográfico "Witness" explica que Ouspensky estaba decepcionado con Gurdjieff y su sistema, pensaba que este carecía de algún elemento clave y sin el cual no podía dar ningún resultado. Y esperaba que, con la apertura de sus conferencias, podría atraer el interés de algún maestro que mantuviese el contacto con la verdadera fuente entendiendo que Gurdjieff no era la respuesta. Para 1949 ya había arreglado la publicación de la Primera serie (Relatos de Belcebú a su Nieto) en Londres y Nueva York. El 29 de octubre de ese año muere en el hospital, en Fontainebleau, y es enterrado junto a su madre y a su esposa. Mediante la publicación de libros hechos por ellos mismos, los alumnos de Ouspenski y Gurdjíeff continuaron difundiendo las enseñanzas de sus maestros.

La Doctrina del Cuarto Camino o Cuarta Vía, es una doctrina metafísica, cosmológica y filosófica (de orientación idealista) introducida en occidente por George Gurdjieff. Se basa en la creencia de que el ser humano necesita un procedimiento o sistema para despertar (a través del autoconocimiento, atención consciente y del entorno, movimientos, posturas, danzas y sobre todo “el recuerdo de sí“). Dentro de esta doctrina se reconocen otros tres caminos (el camino del Fakir, el del Monje y el del Yogi), pero no son prácticos debido al modo de vida actual. Según indican las escuelas de cuarto camino hoy día, hay un tipo de camino para cada tipo de persona y el sentido es encontrar la parte olvidada de sí mismos; en pocas palabras despertar del sueño, de la mal llamada consciencia de vigilia en la cual se está inmerso, que no es más que otra manera de sueño.

El Cuarto Camino no exige que uno se retire del mundo, no exige que uno abandone todo aquello por lo que se ha vivido hasta el momento. Este camino comienza mucho más lejos que el del yogui. Esto significa que es necesario estar preparado para entrar en el cuarto camino, y que esta preparación, que es de las más serias, tiene que adquirirse en la vida ordinaria y aplicarla sobre muchos lados diferentes. Además, el hombre que quiere seguir el cuarto camino tiene que reunir en su vida condiciones favorables al trabajo, o por lo menos aquellas que no lo hagan imposible; porque es necesario convencerse de que tanto en la vida exterior como en la vida interior, ciertas condiciones pueden constituir barreras infranqueables para el cuarto camino. Añadamos aún, que este camino, contrariamente al del faquir, al del monje y al del yogui, no tiene una forma definida. Ante todo, tiene que ser hallado. Es la primera prueba. Y es difícil, porque el cuarto camino es mucho menos conocido que los otros tres caminos tradicionales. Son numerosas las personas que nunca han oído hablar de él o que niegan simplemente su existencia o aún su posibilidad.

La Doctrina del Cuarto Camino tiene múltiples orígenes en diversas tradiciones (budismo, sufismo, hinduismo, cristianismo ortodoxo oriental). Según los autores que han estudiado su obra, sus planteamientos constituyen un conjunto de ideas interrelacionadas muy innovadoras, que tienen el objetivo de producir la evolución consciente en el hombre. Gurdjíeff mostró que la evolución del hombre es el resultado del crecimiento y desarrollo interior individual; que tal apertura interior es la meta de todas las religiones, de todos los caminos, pero que requiere un conocimiento directo y preciso, pero que sólo se puede adquirir con la ayuda de algún guía con experiencia y a través de un prolongado estudio de sí y del trabajo sobre sí mismo.

A la conclusión que llego sobre Gurdjieff, es el de decirnos que para encontrar la verdad no necesitamos ir a monasterios, iglesias o mezquitas para llegar a ella, la busqueda es interna y requiere paciencia, disciplina y conocimiento para encontrar esa tan ansiada verdad por si mismos. Por lo tanto, seamos buscadores de nuestra propia verdad, si bien podemos recibir ayudas de guias o maestros, el camino lo debemos recorrer nosotros, para que así lleguemos a Trascender y a encontrarnos con la Eternidad.

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